EL HIJO DE SÍ PROPIO

Otra versión.

Amigos y amigas estamos en la recta final de celebrar el natalicio 212 al padre de la novela en Colombia, Juan José Nieto Gil. Comparto aquí dos partes de el QUINPOE que le he escrito y presentaré en la muestra artística de la PRIMERA GRAN PARADA ARTÍSTICO MILITAR que se hará en su nombre.

Aprovecho para agradecer por este medio a todas las personas que me han colaborado para que este sueño sea una realidad y relancemos la campaña por la recuperación de la memoria de Juan José Nieto y su legado histórico que es un verdadero estimulo para las regiones y etnias excluidas de Colombia. En particular a la Segunda Brigada del Ejercito Nacional, a CASAVAL,  Camisas Leviston, Colegio Metropolitano de Soledad 2.000, Inspección de Policía  y Asociación de Campesinos de Cibarco, Colegio Simón Bolívar de Soledad, Corporación Huelas Juan José Nieto, Museo Histórico de Baranoa y Fundación Pro Desarrollo de Baranoa. Mil gracias a todos.

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EL HIJO DE SÍ PROPIO

Otra versión

QUINPOE

A Juan José Nieto Gil en su 212 natalicio.

I.

MILAGRO DE LA VIDA

En La Loma del Muerto
un burro amarrado de un árbol,
mira con angustia la lucha
de su ama tendida sobre hojas
y mechas de velas
para dar a luz,
sorprendida en el monte
por los dolores de parto.

La asiste su marido
que con voz entrecortada
grita:

¡Puja …puja Benedicta!

La mujer se queja,
crispa los labios,
hace fuerzas…
puja…puja…
y de su vientre sale el hijo
en medio de un llanto seco
que retumba en la selva.

El marido lo recibe
entre sus manos
y la mujer con alegría
en el rostro pregunta:

¿Qué nació Tomás?

El hombre ríe de la emoción
y grita:

¡Hombre!¡Hombre Benedicta!

Los dos irrumpen a llorar
de alegría y el burro
rebuzna y corcovea
uniéndose a la fiesta.

II.

ECOS DE LIBERTAD

El niño en medio de la pobreza
y la exclusión,
sin profesor sin escuela
aprende las primeras letras,
con el asombro de la madre
por su facilidad,
para memorizar y retener
las vocales
y consonantes.

Benedicta y Tomás
descubrieron una madrugada
los resplandores de la libertad,
que llegaban de Cartagena
de Indias a Baranoa
y buscando nuevas oportunidades
para ellos y sus hijos
llegaron meses
después del levantamiento
del 11 de noviembre de 1811
a la ciudad amurallada.

El niño tenía que ayudar
a buscar el pan para sobrevivir,
recibiendo maltratos
y estigmatizaciones:
«negro deja de hacer flojera»
«y quien dijo que los mozos
están para leer,
no, es para trabajar
vez a lavar los baños…
limpia la mierda de los perros»

En ese deambular de trabajos
Juan José escuchaba las leyendas
de los negros que se levantaron
contra la esclavitud
y como una primera novia
lo empezó a cautivar
la lucha por la libertad.

¡Ah como lo seducía
esa mujer que llegaba
a su adolescencia!

Mario Ramòn Mendoza